Demasiado cortada para hacer el amor
Dentro de nada vas a cumplir los treinta y hasta ahora, la verdad es que no te has decidido a «dar el paso». En cuanto se te acerca el hombre de tus sueños … ¡horror! ¿A quién confiarse? Todas tus amigas se creen Sharon Stone en Instinto Básico y coleccionan los amantes, amaneciendo cada mañana en una cama sin el más mínimo arrepentimiento … bueno, eso es lo que dicen… y tú, como que no te atreves a ir a explicarles que le tienes miedo al lobo … que no te resulta nada fácil ¡vaya!. ¿Y si hablásemos de ello?
Hace más de un mes que te está invitando al restaurante y que suspira al otro lado del hilo telefónico, enumerando constantemente todas tus increíbles cualidades. Está claro, le gustas.
Y la verdad es que es bastante oportuno, ya que estás enamorada … Y sin embargo, no dejas de aplazar, incansablemente, el momento de …, resumiendo, te resulta imposible dar el paso, el miedo se ha apoderado de tu cuerpo, un miedo incluso mayor que al que sentías cuando tenías 20 años.
Tu «vieja» inocencia va a salir a la luz y tratas de retrasar más y más «el vencimiento del plazo», encontrado siempre buenas razones como excusa: que si no has conseguido olvidar a Jorge, que si nos pueden atacar los marcianos, que si te ha salido un enorme grano en la espalda, que qué horror, que lo va a ver, que qué va a pensar, que si tienes una entrevista de trabajo super-importante, que si no te puedes permitir pasar una noche en blanco …
Los días pasan y te acabas echando en cara a ti misma tus propios sentimientos: « ¡ah! si estuviese menos enamorada, no me cerraría tanto en banda … », pero tampoco te apetece nada lanzarte sobre el primero que aparezca … ¿entonces … qué pasa?
Sigue los consejos para seguir una pequeña terapia de «lanzamiento» intensiva.
OLVIDATE DE TUS COMPLEJOS
No tengo complejos
Complejos, en la vida diaria, no tienes. Te sientes tan a gusto en minifalda como Ally McBeal y no te cortas en mirar a los hombres directamente a los ojos.
Vas siempre elegantemente vestida a la última y tus amigas envidian tu aplomo. Cuando no se te conoce bien, la gente piensa que eres profesora, médico, ejecutiva … y no se equivocan. Desgraciadamente. Porque la verdad es que te resulta bastante difícil encontrarte desnuda frente al hombre de tus sueños, despojada de su agenda electrónica y de tu cartera.
La solución: ve despacito y poquito a poco. La primera noche, no «mariposees» en lugares donde haya una cama. Es preferible que te «pasees» por lugares más neutros: una cafetería, un parque, un coche en doble fila … , pero vamos, tampoco te pases de «neutros», que te pueda dar un buen achuchón, para que te vayas bajando poco a poco de tu pedestal.
Así, un poco despeinada, con la camisa por fuera, le parecerás más accesible a él, e incluso … a ti misma. Trata de no hablar de trabajo y refúgiate en sus brazos para que vaya cambiando la imagen que tiene de ti: que se dé cuenta que la «working-girl» también tiene su «corazoncito».
Tengo complejos
«Parezco un cruce entre una botella de agua Perrier y una ánfora … »
Entonces, estás acomplejada. ¿Demasiado gorda? ¿Demasiado bajita? ¿Demasiado alta? ¿Demasiado delgada? Puede … pero no te vas a acostar con tu espejo. Es muy probable que se haya dado cuenta de tus «imperfecciones» y a pesar de todo, sigue invitándote al restaurante y suspirando cada vez que habláis por teléfono, ¿entonces qué te pasa?, ¿te sientes realmente tan bloqueada?
Dos soluciones: provocar un corte de electricidad en el momento más oportuno o hablarle de lo que te pasa, si consideras que existe realmente un problema. Le va a encantar consolarte y se sentirá más unido a ti al averiguar esa pequeña angustia tan íntima … y con la que sufres tanto. Pero si te pareces a Claudia Schiffer, no le aburras contando que sufriste muchísimo en tu infancia porque eras como un patito feo, ya que no es nada original y a demás es una historia que suele poner nervioso a más de uno…
Me asusta su cuerpo. Que puedo hacer
Tienes dos soluciones:
Ser su pantera
Te da miedo que no se proteja, que te imponga ciertas caricias … Lánzate encima de él, empezando por desabrocharle … la camisa como una fiera. Puede que se corte un poco, creyendo que eres una auténtica devoradora de hombres y puede que consigas intimidarlo. Su sorpresa te permitirá ganar tiempo y puede que, al final, hasta te acabes acostumbrando a ser la que dirija «las maniobras».
Ser su Lolita
Tienes treinta y tantos e ignora tu «inocencia». Cuéntale tus miedos, mejor todavía, llora en sus brazos, le encantará sentirse como si fuera tu profesor.
Como hacer para que sea como en las películas
La última vez, hace dos años estando con Jorge, te escapaste corriendo antes de llegar a la recta final. Te había invitado a su casa, a su mini apartamento, con cocina americana. Y tuvisteis que abrir el sofá-cama. El alógeno de la cocina estaba encendido y tu vaquero, quizá un poco demasiado ajustado, no quería separarse de tus caderas. Sin embargo, a él parecía no molestarle especialmente. Y a ti no te apetecía nada, que se entretuviese mirando con lupa los pelillos que te estaban empezando a salir (hacía unos quince días que te pasaste de prisa y corriendo la maquinilla).
Y cuando te diste cuenta de que los muelles de la cama plegable chirriaban con cada movimiento, te escapaste del «nidito de amor» soltando la primera excusa que se te vino a la cabeza…
Los detalles prácticos, no puedes evitarlo, te cortan un montón. Bueno, no te obsesiones, todo esto cambiará, trata de preparar un poco el ambiente con tiempo, para que no te bloquees en el último momento. Aquí tienes cinco reglas de oro para salir victoriosa con la puesta en escena:
1- No enciendas ninguna luz, porque después vas a tener que encontrar una excusa para apagarla.
2- Evita preparar para la cena pollo al ajillo.
3- Cómprate las medias Dim’up, no hace falta quitarlas.
4- Abre el sofá cama.
5- Echale aceite a los muelles del sofá.
Invita «al que suspira por tus huesitos» a tu casa y proponle una cena con velitas, se apagan con tan sólo soplar y no iluminan demasiado. Y después convéncete a ti misma de que no es posible jugar a la «insoportable levedad del ser» con botas de montaña y un vaquero ajustado. ¿Te has dado cuenta de que las actrices siempre llevan la vestimenta apropiada en el momento oportuno?
En fin, no olvides la musiquilla de fondo para atenuar los efectos sonoros de « los muelles de la cama », que acaban provocando la risa… nada serio, ¡vaya!
Leave a Reply