Actitudes que arruinan una relación
Toda relación en pareja necesita el compromiso de ambas partes para que funcione. Y aunque sabemos que puede ser la mejor experiencia de una persona, a la vez puede llegar a ser de las más tormentosas. Ahora, ¿cómo hacer para no llegar a esta temida etapa? En este artículo te enseñamos tres actitudes que debes evitar.
1. Secretos.
Estamos de acuerdo que cada uno debe tener su espacio y privacidad para mantener una relación saludable, sin embargo, algo muy distinto es aprovecharse de esto para guardar secretos que a futuro puedan fracturar la relación. Es que solo estarás incitando a la desconfianza y parecerá que no estas tomando en serio a tu pareja por excluirla en varios aspectos de tu vida.
2. Egocentrismo.
Lo más natural es que en una relación no exista el egoísmo. Es importante que ambos coincidan en las prioridades que los involucran como pareja, ya sea el hecho de tener hijos, compra de una casa, etcétera. Olvídate del egocentrismo y acordarte que tienes una persona a tu lado que también tiene problemas y necesidades.
3. Lucha de poderes.
No dejes que la ambición te consuma y te aísle de tu pareja. Ninguno tiene que sobresalir por encima del otro o tener el control. La equidad es fundamental para una relación estable.
Y lo que acaba de rematar una relación son Las discusiones
¡Las discusiones no son un mito! Hasta la pareja más idílica que te puedas imaginar discute alguna vez. No importa lo perfecta que parezca su relación… ¡En algún recoveco siempre queda espacio para alguna pelea! ¿A ti también te pasa? ¿Hay algo que te hace hervir la sangre y no puedes evitar discutir por ello?
¿Quieres saber cuáles son las discusiones de pareja más frecuentes y cómo puedes combatirlas? Ponte en situación y toma nota…
Lo de las suegras no es ningún mito, han logrado situarse a la cabeza en motivos de divorcio en los últimos años. Las hay que son verdaderos ángeles caídos del cielo, pero se pueden contar con los dedos de una mano. Por eso, si no te ha tocado la lotería con tu suegra ¡paciencia! No estás sola.
Lo que suele causar más disputas es que a la mínima de cambio él acuda a su mamá para contarle que habéis discutido, o que ella se presente cada dos por tres en tu casa y eche por tierra todo lo que haces ¿te suena? Lo mejor que podéis hacer es intentar separar vuestra relación de su madre, para que deje de interferir y no acabe poniéndoos a ambos en contra. Eso sí, tampoco hay que demonizar a las suegras, normalmente lo hacen con buena intención, sólo quieren lo mejor para sus hijos.
El trabajo es el epicentro de muchísimas discusiones, y más aún cuando se tiene la sensación de que él vive, únicamente, por y para su trabajo. ¡Alerta! Esto puede significar una cosa: él no se siente suficientemente valorado, y por eso, debe echar mano del trabajo, donde cree que tiene más poder. Hazle entender que eso no es así, y conseguirás que el trabajo deje de estar en la primera posición de sus pensamientos. ¡Así podréis empezar a disfrutar del tiempo en común sin pensar en nada externo!
“Arregla el ventilador”, “Cuélgame el cuadro” “¡Cambia la bombilla del recibidor de una vez!”… y así sucesivamente. Y pueden pasar meses, pero hasta que él no se decida a hacerlo por su propio pie, no hay nada que hacer, y es que a la mayoría de hombres les encanta posponer sus obligaciones. Pero reflexiona, ¡quizás debes dejar de insistir! La estrategia del silencio puede ser una buena idea, sino, opta por el humor.
¡Todo es válido menos acabar echándoos los trastos por la cabeza! ¿Lo intentarás?
Sí, efectivamente, los niños siguen siendo uno de los motivos de discusión entre las parejas. La educación, la disciplina, los horarios, las comidas, la ropa, el deporte,… y a medida que se van haciendo mayores los problemas también crecen.
Hay muchas cosas que acordar, y por eso, pueden surgir pequeñas rencillas. En este caso, la mejor táctica es unir vuestras fuerzas, hablar y negociar, para no caer en una batalla infinita, que no acabará hasta que los niños se marchen de casa. ¿No te parece una buena idea solucionarlo ya y evitar problemas de futuro?
Sin duda, el trabajo afecta de lleno a vuestra vida en común, y no sólo a nivel de finanzas. Si sois de esas parejas que se pasan el día hablando de faena ¡Error! Optar por crearos una norma: En casa no se habla de trabajo.
Es lógico que cada uno se enfrente a lo largo del día a mil problemas, dimes y diretes en el trabajo. Pero, si al llegar a casa los dos os tenéis que contar todas vuestras preocupaciones al final el problema se acaba agrandando y no conseguís desconectar, y eso acaba generando aún más altercados, cuando en realidad los dos estáis del mismo lado. ¡Es como el pez que se muerde la cola!
Actitudes que arruinan una relación por: Ana Belén Jordá
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